La Titina es un original conjunto de casas de campo en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) que, con el paso de los años, se ha visto reconvertida en alojamiento rural sumando encanto, comodidad y servicios personalizados.
En el invierno del año 2001, luego de varios viajes explorando las posibilidades que ofrecía este rincón de Entre Ríos, a solo 270 km de la ciudad de Buenos Aires, Luis M. Astarloa y M. Belén von der Becke decidieron comprar la estancia.
Su mayor anhelo era darle a sus 5 hijos, amigos y familiares la oportunidad de descubrir la magia de la naturaleza en estado puro, compartiendo, los fines de semana, cabalgatas, caminatas y aventuras, llenando sus memorias de anécdotas inolvidables.
Durante los primeros años, bajo la amorosa mirada de Belén y el empuje de Luis, se restauraron con primor y se pusieron en valor los viejos solares.
“La Titina” (bautizada así como homenaje al ángel de la guarda de Belén) posibilitó a la familia no solo descubrir y aprender sobre las tareas rurales y las dinámicas tradicionales del campo argentino, sino también incursionar cada vez con mayor profundidad en el mundo del avistaje de aves, el reconocimiento de especies autóctonas y en la fotografía de naturaleza.
Gracias al ingenio de Luis se construyeron artesanalmente increíbles puentes colgantes sobre los arroyos que surcan el campo haciéndose posible el acceso a rincones de belleza incontaminada dónde la naturaleza reluce con una biodiversidad sorprendente.
Luego de 13 años de trabajo y disfrute hogareño, en el año 2014, la familia se sintió preparada para abrir sus puertas y compartir tantas maravillas.
Este espléndido paraje rural puede hoy alquilarse en exclusividad, ofreciendo su casco principal y pequeñas casas aledañas una infraestructura idónea que en su totalidad permite alojar a un grupo de hasta 28 personas.
Se trata de un lugar ideal para desarrollar actividades especiales, diseñado con armonía e inteligencia para facilitar el encuentro interior y con la naturaleza, en espacios íntimos y otros que invitan a la convivencia junto a fogones, pileta, asados y guitarreadas.
La Titina ha sido declarada “Reserva Natural Privada” por el valor de su flora y fauna, siendo el anhelo de la familia seguir generando conciencia ecológica sobre la importancia de la conservación y la protección de las especies autóctonas que habitan entre sus arroyos y montes nativos.